El tratamiento renal sustitutivo, hemodiálisis y diálisis peritoneal, debe garantizar un balance óptimo de líquidos que evite episodios de sobrehidatración o infrahidratación en el paciente y que se asocian a un incremento de la mortalidad. Sin embargo, apenas la mitad de los pacientes renales presenta un control óptimo de líquidos en su organismo y existe un riesgo aumentado de morbimortalidad cardiovascular según los más de 500 expertos de todo el mundo que han participado en el Simposio “Update in Dialysis” organizado por el Hospital Clínic-IDIBAPS, Fresenius Medical Care y Amgen en Barcelona.
El encuentro estuvo liderado por el Servicio de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona, líder internacional en investigación sobre diálisis a través de su Centro de Diálisis e Investigación Aplicada en el que desarrolla estudios clínicos para mejorar la aplicación de los tratamientos renales sustitutivos disponibles. Para compartir los últimos avances en esta área el Dr. Josep Maria Campistol, director del Instituto Clínic de Nefrología y Urología del Hospital Clínic y jefe de un equipo de investigación del IDIBAPS, y el Dr. Francesc Maduell, jefe de Sección de Diálisis del Servicio de Nefrología del Hospital Clínic, coordinaron un encuentro de referencia internacional en el que se hicieron públicas las investigaciones orientadas a optimizar los tratamientos de diálisis y se analizarán los últimos avances técnicos para lograr la máxima depuración de las toxinas.
Balance óptimo de líquidos
Los expertos estiman que entre el 10% y el 12 % de la población padece una insuficiencia renal crónica, una enfermedad que supone la pérdida de las funciones del riñón y que requiere la incorporación del paciente a programas de hemodiálisis, en los que actualmente hay alrededor de 25.000 pacientes, de los que 4.000 están en Cataluña, que reciben en el 90% de los casos tratamiento con hemodiálisis, mientras que el 10% restante reciben diálisis peritoneal.
Los pacientes renales presentan un riesgo de 10 a 20 superior de mortalidad por complicaciones cardiovasculares, un riesgo que no disminuye en el caso de los pacientes incluidos en programas de tratamiento renal sustitutivo ya que alrededor de la mitad de los fallecimientos registrados se relacionan con este tipo de alteraciones.
En este punto, el control del balance de líquidos del paciente renal (euvolemia) se considera un aspecto determinante para la disminución del riesgo cardiovascular, ya que la sobrecarga de volumen se encuentra asociada a la insuficiencia cardiaca, la hipertrofia ventricular y a hipertensión, por lo que los expertos recomiendan realizar un seguimiento del volumen de la ultrafiltración de líquidos, así como de la ingesta de sodio y de otros nutrientes en pacientes renales.
Optimizar el filtrado de la sangre
El tratamiento óptimo del paciente renal debe dirigirse también hacia la utilización de técnicas de diálisis perfeccionadas como la hemodiafiltración on-line (HDF-OL) que ha demostrado reducir la mortalidad en más de un 30%. De hecho, un trabajo liderado desde el Hospital Clinic y la Societat Catalana de Nefrología con más de 900 pacientes demuestra que la HDF-OL, además de limpiar la sangre de los pacientes de partículas tóxicas gracias a la difusión a través de una membrana semipermeable, añade una presión llamada convección que aumenta el volumen de ultrafiltrado de sangre aumentando la depuración. La mayor depuración de la sangre obtenida con esta técnica logra reducir la mortalidad por cualquier causa de los pacientes renales en un 30%, la cardiovascular en un 33% y por causas infecciosas en un 55%. También se observó una reducción del 22% en las hospitalizaciones y de un 28% de los episodios de hipotensión durante el tratamiento.
Oct
03
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